La información toma mayor relevancia en las sociedades de conocimiento, sin embargo siempre es latente el riesgo de que dicha información se fragmente a manera de datos aislados en áreas dispersas sin mucho valor. En búsqueda de una verdadera información orientada para la toma de decisiones se requiere de un apropiado manejo, de forma que primeramente los datos se integren en información y más adelante en conocimiento digno de ser resguardado y trasladado como uno de los bienes mas preciados de toda organización a través de una gestión profesional y eficiente del mismo.Para lograr lo anterior es requerido entender profundamente el valor de dicho conocimiento, tanto el estándar, el avanzado, y el innovador (Lozano, 2007) tanto sus características en el contexto específico, sus beneficios pero también las consecuencias y efectos de no hacerlo oportunamente. Dicho entendimiento se desprende de los propósitos de la organización, su desenvolvimiento actual y las metas y objetivos que se persiguen tanto a corto, mediano y largo plazo.
Aun cuando podríamos citar mas a detalle las características de diversos tipos de conocimiento, es evidente que este se desprende tanto de las actividades llevadas a cabo principalmente por el capital humano (personas) que al interactuar entre ellas mismas, así como con los sistemas y procesos, maduran una experiencia de valor que requiere ser recopilada, documentada, organizada y distribuida apropiadamente para que funja como una herramienta útil en la consecución de los objetivos principales así como en la continua innovación de los servicios o productos que ofrece la organización así también para la integración de las áreas diversas que componen en el todo en una unidad concreta.
A lo anterior se suman tanto practicas de valor que se desarrollan tanto por individuos como por grupos el trabajo colaborativo a través de comunidades practicas y equipos de trabajo, resaltando principalmente las primeras por las características que demandan las sociedades de conocimiento mediante la alineación del capital humano a elementos inherentes a las misma tales como responsabilidad y autonomía, de forma que se vaya mas allá de cumplir simplemente con los objetivos, compartiendo avances, integrando ideas, compartiendo objetivos e intereses comunes y formando así las bases para futuras innovaciones como se comento anteriormente.
Por otro lado encontramos que ya sea de una u otra forma de colaboración, (en comunidades practicas o en equipos de trabajo) se hacen necearías redes de apoyo que supervisen y funjan como soporte para a grupos de prácticas para la consecución de los objetivos planteados por una estrategia corporativa y que mediante la gestión del conocimiento se impacte profundamente en la organización cualquiera que sea el giro de la misma fortaleciendo tanto la imagen e identidad, así como los canales de comunicación de dicha información tanto al interior como al exterior, considerando y ofreciendo responsablemente los recursos necesarios para tal fin.
En un mundo donde los datos y la información abundan, solo a manera de bloques de conocimiento susceptible a ser gestionado de forma ágil, es cuando hace sentido ya porta su verdadero valor en las organizaciones.
Referencias
López F., J., E.(2007). Identificación de propósitos, características y procesos que debe tener una comunidad de prácticas de valor para favorecer la administración del conocimiento generado en las oficinas de comunicación de una institución de educación superior; Tesis (Maestría en Ciencias de la información y administración del conocimiento). ITESM, Universidad Virtual, Recuperado el 19 de febrero del 2010 en: http://biblioteca.itesm.mx/cgi-bin/doctec/opendoc?cual=5802




